OVACIÓN Opinión Cultural

OVACIÓN Opinión Cultural
Se publica en El Deber los sábados
Contiene comentarios y notas sobre la actividad artística que se lleva a cabo en Santa Cruz de la Sierra y Bolivia

domingo, 18 de septiembre de 2011

OVACIÓN 071 Festijazz - Jean Carlo Sandi

MARCELO PRETTO
el paisanaje de Brasil en el Festijazz

Se desarrolló en Santa Cruz el festijazz que convoca anualmente a grupos de Bolivia, Francia, Brasil, Argentina, Alemania, España y Dinamarca. La impuntualidad y la informalidad de las presentaciones marcaron deficiencias en su organización.


Marcelo Pretto, acompañado por el guitarrista y también cantante Swami Junior, presentó en la Casa de la Cultura, un programa de canciones que recorre el paisaje brasileño.

El espectáculo de Pretto contiene varios elementos: canta con una voz afinada y con timbres apacibles que recuerdan un poco el canto hondamente poético y persuasivo del gran João Gilberto. Con esa misma voz, nuestro visitante profiere sonidos extremadamente bajos con los que imita algún instrumento de percusión y también reproduce expresiones y frases onomatopéyicas que ciertamente nos trasladan a los negros y rituales orígenes de la música popular brasileña. Ensaya también Pretto, mientras canta, algún novedoso intento de golpearse el cuerpo con sus manos, con ritmos propios de la samba y la bossa nova.

El uso de la voz humana con sonidos inusuales por lo grave o lo agudo de su entonación, así como reproduciendo cualquier otro tipo de sonoridad con propósitos rítmicos es un modo de “cantar” que ha desarrollado con increíble virtuosismo y enorme éxito de público Bobby McFerrin. Es imposible no recordarlo al escuchar a Pretto y también es inevitable notar que el brasileño no alcanza ni a hilvanar con acierto esos recursos en su discurso musical, ni a desarrollarlos con el virtuosismo del que tenemos referencia.

Entre canciones, Pretto habla y mucho. Muestra la personalidad  informal de un ameno paisano y se dirige al público con chistes y paternalismos que convencen a algunos, pero que a otros pueden resultarles insubstanciales.

Es fácil provocar la risa y el asombro del público inexperto y así conseguir su aplauso. Una sutil diferencia distingue al artista del “showman”; es la misma que separa al humor del chiste, al poema del cantinfleo y a la orquesta de la murga. Unos regalan exquisitos estímulos intelectuales y emocionales, mientras que los otros sólo salpican frivolidad a un público fácil de contentar y ávido de distracción. Pretto tiene un pie a cada lado de esa línea.

LA ORGANIZACIÓN

El Festijazz tiene lugar, entre otras cosas, gracias a la colaboración desinteresada de mucha gente en su organización. Esto merece el agradecimiento de todos. Sin embargo, hay que hacer notar a estas amables personas que a pesar de que el jazz tiene su escenario natural en la informalidad del humo, los alcoholes y el bullicio de un boliche, cuando se lo traslada a un teatro de conciertos como el de la Casa de la Cultura, hay que observar algunas normas. No es aceptable que los conciertos comiencen con más de 45 minutos de retraso. El acceso al teatro no puede franquearse veinte minutos después de la hora señalada para el concierto. Durante la interpretación de la música, no pueden entrar y salir libremente el público, los fotógrafos ni los propios organizadores, que en lugar de poner orden, fueron factor principal del desconcierto. Parte del concepto de organización es hacer conocer y exigir estas reglas elementales a los colaboradores y participantes

La Casa de la Cultura, última responsable, debe conceder el uso de sus salas, bajo normas que consten en un reglamento, sean aceptadas por el concesionario y garanticen su uso adecuado.

JEAN CARLO SANDI
experimenta en el IPAD ART


Tinku 2. Grabado digital en Giclee
En la Casa de la Cultura, el orureño Jean Carlo Sandi presentó un interesante e innovador trabajo logrado a partir de un iPad, el conocido aparejo informático. El procedimiento consiste en realizar los diseños sobre la pantalla del iPad, con los enormes recursos que poseen los programas de diseño gráfico y luego realizar el “grabado digital en Giclee”, un tipo de impresión de altísimo nivel de calidad. A la manera de la técnica de la litografía, traída esta vez a la actualidad del siglo XXI, se hace luego un número limitado de copias.

De ahí en más, la tarea es la misma: dibujar, componer, conseguir texturas y colorear pero con los dedos sobre una pantalla en lugar de los pinceles y las espátulas sobre un lienzo. Un pintor diestro y sensible como Sandi, será capaz de conseguir el más auténtico arte a través de este novedoso recurso tecnológico.

Con la técnica del grabado en giclee, así como con otras más tradicionales como el óleo, el acrílico y el pastel sobre lienzo, Sandi muestra una obra figurativa que se expresa con escenas del acervo folclórico altiplánico tomando de él sus texturas telares y su colorido intenso, contrastante y vital. La fiesta taurina, la diablada, el tinku o el episodio casual, motivan la composición. El perfil de los rostros, discretamente ocultos y difuminados, evaden la atención principal para dejar el protagonismo a los ropajes y al paisaje que con esas mismas texturas y colores se advierte en el fondo, confundido con la figura, como si se quisiera exaltar una indestructible fusión del ser con su entorno.

El desnudo femenino, sensual a veces, maternal o místico otras, está representado por una visión poética inserta entre conceptos abstractos de formas geométricas unas veces, y otras simplemente está, etéreo, sin pecado concebido, con enormes dosis de naturalidad, como elementos de gran belleza estética y profunda trascendencia espiritual. Las figuras femeninas se contemplan a sí mismas en un apacible éxtasis. Se repite acá la tendencia a dirigir la mirada de las damas retratadas o ideadas, hacia la discreción de un lateral, para convertirse entonces en objetos inalcanzables del deseo.

Jean Carlo Sandi reside en República Dominicana. Ha expuesto en todo Bolivia y varios países de América y Europa. donde su obra está contenida en colecciones públicas y privadas.






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