OVACIÓN Opinión Cultural

OVACIÓN Opinión Cultural
Se publica en El Deber los sábados
Contiene comentarios y notas sobre la actividad artística que se lleva a cabo en Santa Cruz de la Sierra y Bolivia

domingo, 4 de septiembre de 2011

OVACIÓN 069 Ortiz y Aparicio - Boris Vázquez


FREDDY ORTIZ Y MARIANELA APARICIO
protagonistas de una velada inolvidable

Aprovechando la presencia en Bolivia de Freddy Ortiz, se presentó en el Centro Cultural Santa Cruz a estos brillantes concertistas bolivianos.


En Santa Cruz tenemos una nutrida actividad musical, pero pocas veces es posible asistir a la presentación de músicos de altísimo nivel artístico como fue el caso del dúo conformado por el violinista Freddy Ortiz y la pianista Marianela Aparicio, con el aditamento inestimable de que se trata de dos artistas bolivianos.

Freddy y Marianela interpretaron su programa con técnica brillante y gran capacidad de expresión del espíritu de los compositores y sus obras. A lo largo del concierto, pudo escucharse la música limpiamente, sin fallas ni tropiezos; cosa que para nuestro poco profesional medio artístico es ya motivo de alivio primero y asombro y aplauso luego. De ahí en adelante, la tarea fue sumergirse sin preocupaciones, en las profundidades del lenguaje musical y el mar de estímulos anímicos de cada compositor en su estilo y en su época. Un paseo intenso y entrañable por cada paisaje propuesto por dos artistas estupendos que desempeñan su oficio rozando la perfección.

Un finísimo pero maltratado Bechstein que trató heroicamente, pero sin mucho éxito, de conservar su precaria afinación a lo largo del concierto, fue la única nota discordante en esta velada musical que perfectamente puede calificarse como lo mejor que tuvo lugar en Santa Cruz en mucho tiempo.

Ortiz y Aparicio nos entregaron las variaciones de La Folia de Corelli, algo tímidas pero intachables. La Sonata Primavera de Beethoven expuso con contundencia el temperamento voluble y apasionado del compositor alemán. La Sonata en La Mayor de Franck fue el momento más complejo e intenso del programa. Fue acá donde ambos hicieron gala de su virtuosismo y notable concertación para hacer vibrar y asombrar al público que electrizado ni siquiera pestañeaba. Ave María y Adiós Nonino, las amables y sentidas creaciones de Piazzolla, que elevan el tango al rango de pieza de concierto, cerraron con efusiva nostalgia la noche inolvidable.

BORIS VÁZQUEZ
AL FRENTE DE LA SINFÓNICA JUVENIL

La Orquesta Sinfónica Juvenil es un emprendimiento que debe enfrentar varias complejidades, en un medio que no ofrece por el momento todas las condiciones favorables para su correcto desarrollo: recursos financieros, personal artístico profesional y espacios físicos adecuados, entre muchos otros.

La llegada de Boris Vázquez a la orquesta es un hecho que apuntala su principal elemento estructural: la dirección artística, función que desde la óptica de alguien que sólo podía observar los resultados de su trabajo desde la platea, era desempeñada con serias limitaciones de formación y liderazgo. Boris aportará acá, su educación musical de reconocida categoría y suficiente cantidad, su vocación de respeto por la música bien tocada y una extensa experiencia en el manejo del personal de una orquesta.

Sus estudios musicales en Alemania y su participación como miembro de orquestas en Bolivia y el exterior así lo hacen prever.   A esto debe añadirse sus largos años al frente de la coordinación cultural del Goethe Institut en La Paz y Santa Cruz, que le otorgan a su perfil una tanto estimable, cuanto indispensable experiencia en administración, gestión cultural y organización.

Su proyecto es fortalecer las instancias formativas de la orquesta, que como tal, adquirirá la modalidad de orquesta de festival. Sobre la base de sus actuales miembros y los que por mérito y concurso se sumen, complementará sus filas con la participación de profesionales bolivianos y la presencia de directores invitados de reconocido prestigio artístico. Boris no será más que el nexo entre el directorio de la orquesta y las funciones específicamente musicales de ésta. Un eslabón indispensable para lograr las más altas metas artísticas. Un rasgo personal remarcable en Boris, es reconocer no ser un director de orquesta especializado. Mérito adicional en nuestro medio poblado por directores que no siempre lucen condiciones de ser verdaderamente tales.

La noticia ha sido recibida con entusiasmo en los círculos musicales cruceños, que desde hace tiempo mostraban preocupación por este elenco tan representativo del movimiento artístico de la región.



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