OVACIÓN Opinión Cultural

OVACIÓN Opinión Cultural
Se publica en El Deber los sábados
Contiene comentarios y notas sobre la actividad artística que se lleva a cabo en Santa Cruz de la Sierra y Bolivia

domingo, 24 de abril de 2011

OVACIÓN 049 Diálogos - El Desamor

DIÁLOGOS SOBRE NIJINSKY
Un concepto que se expresa “en lenguas”
En las postrimerías del VII Festival de Teatro se escenificó una “Danza Aérea” que nos dejó incógnitas varias. El concepto de Marcelo Zamora fue interpretado por dos bailarines del grupo Virtual Companhia Dança de Brasil.

  El espectáculo escenificado por Virtual Companhia de Dança, se construye sobre tres fundamentos: la música de Debussy, la coreografía de Mário Nascimento y el legado de Nijinsky. 
  “El Mar” y “Preludio para el Atardecer de un Fauno” de Debussy, son obras que poseen en sí mismas argumentos intelectuales y estéticos suficientes para cautivar la atención y colmar las expectativas de la más exigente audiencia. Sus riquísimos recursos orquestales plantean infinidad de imágenes y sensaciones que ocurren y transcurren según una secuencia concebida por el compositor y hecha explícita en la partitura. 
  Si alguien reclama una creación artística, una coreografía en este caso, sobre cualquier obra musical, se esperan concordancias ineludibles en tres aspectos: el ritmo o pulso musical, que deviene en lo que algunos entienden como danza; el estado de ánimo que da carácter al conjunto expresivo y el lenguaje de expresión corporal, individual y de conjunto, que es precisamente lo que representa la visión del coreógrafo.
  De propuestas de vanguardia como la de Nascimento no hay que esperar concordancias rítmicas, porque al parecer el tema les merece atención ninguna. Quedamos entonces obligados a dislocar el oído de la vista. A excepción de algunos instantes de la segunda parte basada en el Preludio, que sugiere cierta sensación poética, tampoco se encuentran concordancias anímicas, o éstas están herméticamente ocultas. Los bailarines parecen estar profundamente ensimismados, en éxtasis, pero ausentes de la atmósfera que habita y colma la música. Otra dislocación obligada: la mente y el espíritu, de la vista y el oído. Nos queda la estética que brota del cuerpo humano en las posiciones y disposiciones que ha elegido el coreógrafo para decirnos lo suyo y aquí se presenta la figura y la estética de Nijinsky. Al inicio es muy novedosa y sugerente. Deja constancia de que el cuerpo humano es una inagotable fuente de figuraciones que tocan nuestras fibras más atávicas; pero pronto la propuesta de Nascimento se torna repetitiva y así se pierde el último hilo que pudo atarnos con coherencia al espectáculo. 
  Valorar la buena factura de la escenografía y la iluminación y el comprometido desempeño de Cerilo y Castelo Branco es tarea que pierde relevancia en medio de la confusión que generó y dominó el concepto creativo.
  Julio Cortázar dice de Nijinsky: “en este teatro donde una vez el grandísimo cronopio Nijinsky descubrió que en el aire hay columpios secretos y escaleras que llevan a la alegría". Con mucho esfuerzo acá podría vislumbrarse columpios, pero la alegría fue sepultada debajo de una severidad doctoral sin alternativas y un estado de ánimo incapaz de abandonar la pesadumbre, única sensación que transmite el montaje. 
  Los miembros de algunas sectas religiosas afirman hablar “en lenguas”, una forma de expresar un privilegiado y exclusivo diálogo con Dios mismo. En el fondo, no parece ser más que unas pocas sílabas repetidas con unción teatral y autoridad mística, pero que solamente son comprensibles para quienes las imaginan y las dicen y tal vez para sus impresionables acólitos. Esa es la sensación que queda luego de presenciar estos Diálogos sobre Nijinsky. 

EL DESAMOR
Aporte prometedor a la comedia boliviana
Jorge Arturo Lora y Daniel pérez
  Óscar Barbery ha incursionado en la comedia, apoyado en su breve pero reconocida experiencia como dramaturgo y nos ofrece un ameno monólogo. Barbery  explora esta vez en el humor y la desazón que subyacen en la experiencia del enamoramiento. “El Desamor” es una mirada, o más bien, una sonrisa a las alegrías y penurias que presenta toda relación de amores. Tal vez la necesidad de hacer reír no ha permitido un acercamiento más sutil a ese controvertido mundo. 
  Jorge Arturo Lora es un actor con oficio. Enfrenta el personaje haciendo hincapié en los estados de ánimo que traza el libreto. Lo que distingue el chiste de la comedia, es la habilidad del actor de ocultar las emociones que generan la situación graciosa. Si la emocionalidad es más bien exagerada, se arrancará la carcajada fácil del público pero el propósito queda alejado del humor que el buen comediante sólo insinúa.
  Daniel Pérez aporta con su calidad de buen guitarrista y contribuye con detalles ajenos al programa, que suenan casi por casualidad para agregar humor inteligente a la representación.  
  Se festeja la contribución de Óscar Barbery a la comedia boliviana y se espera que se repita. Necesitamos enriquecer nuestro acervo y los cultores del género necesitan la constancia que les permita afinar destrezas y la experiencia que les permita pulir argumentos.

sábado, 16 de abril de 2011

OVACIÓN 049 Between - Lucho Mejía

BETWEEN
Breve Crónica de una aventura teatral

En el marco del VIII Festival Internacional de Teatro organizado por APAC, compartieron el escenario del colegio Eagles, la holandesa Boukje Schweigman, el japonés Kenzo Kusuda y Vidanza de Bolivia.
  Una luz extremadamente tenue, permite escasamente notar que en un punto del escenario se halla un vapor que late cambiando lentamente sus formas. A medida que la luz aumenta su intensidad, puede distinguirse brazos, piernas y troncos, aunque es imposible definir un cuerpo completo. Ya con iluminación que devuelve a los ojos su capacidad de discernimiento, aparecen definidas las figuras corpóreas de un grupo de personas y muñecos que se retuercen entremezclados, como si hubieran sido atrapados por un pegamento gelatinoso que impide su libre accionar. El cuadro evoluciona con lentitud viscosa mientras se escucha una suave y monótona música interpretada por violines que prefieren el pizzicato.  
  Una dama tiene en su cabeza la mano derecha de un gnomo oriental de expresión impasible que con los suaves y metódicos movimientos de un samurai la posee. Ella se sacude violentamente para liberarse pero no lo consigue. La mano penetra en su boca arrancándole jadeos y gemidos. El cúmulo informe de cuerpos la engulle. El dominador queda vencido, inerte. Un muñeco terminó acostado sobre él.
  Los cuerpos, sentados en el piso experimentan temblores y estertores. 
  Una explosión de música estremece los tímpanos y dispara el ritmo cardíaco, mientras luces muy intensas parpadean dando la ilusión óptica de que las figuras en el escenario se desplazan en rápidas escenas congeladas; los cuerpos flotan, aparecen y desaparecen, siempre impasibles, alineados como vigías expectantes e inmóviles. 
  La luz intensa se dispara sobre los ojos del público que enceguecido no nota que el grupo ha invadido la platea trepando sobre las butacas. Se retuercen y restregan con sus ocupantes. Percusiones y sintetizadores suenan ahora, muy fuerte y con ritmo acelerado. 
  Totus est.

Lucho Mejía en Lorca

Foto de Andrés Unterladstaetter

 Lucho Mejía nació en La Paz en épocas en que dedicarse a la música obedecía a dos posibles propósitos: Tomarla como un oficio para ganarse la vida sin más requerimientos que los que se exige a un empleado público, o ceder al irresistible atractivo que este arte ejerce en un espíritu sensible.
 A su padre, que tocaba la mandolina en una estudiantina, le resultaba natural verlo inclinarse por la música, pero a su madre, con la visión pragmática que con razón tienen de la vida las mujeres, la cuestión le parecía inadmisible y no dudaba en mostrar su desaprobación con contundencia.    
 Lucho terminó dedicando su vida a la trompeta tanto para ganarse el sustento, como para dar curso a su evidente potencial. No tuvo la oportunidad de estudiar formalmente el instrumento y tuvo que echar mano de su intuición para convertirse en uno de los más destacados trompetistas bolivianos.
 En Bolivia, hasta hace poco, el músico era considerado como un simple aditamento para alegrar la jarana alcohólica. Lucho debió aceptar esa triste realidad y enfrentarla con la dignidad de quien ejerce su oficio para ganarse la vida. Pero nunca olvidó el espíritu intensamente sensible que lo indujo en la juventud a abrazar la riesgosa causa. Entre bandas militares y grupos de animación de ágapes varios, que tuvo que integrar, encontró lugar para la práctica y la creación serias.
 Lucho Mejía está en estos días tocando en Lorca y es imposible no notar su gran calidad artística. Ha aceptado el reto de preparar un concierto con lo mejor de su repertorio para que en Santa Cruz tengamos la oportunidad de disfrutarlo en todo su esplendor. También ha aceptado recapitular sobre la gran cantidad de trabajos de orquestación que hizo a lo largo de su vida para dejar su legado.

sábado, 9 de abril de 2011

OVACIÓN 048 Orquesta Municipal - Sin Líneas en el Mapa

ORQUESTA MUNICIPAL
UNA SABROSA EXPERIENCIA MUSICAL
Un selecto grupo de jóvenes músicos profesionales que llegan de todos los confines del país convocados por un liderazgo inteligente, entregó al público cruceño un interesante programa que terminó convirtiéndose en la más grata y sabrosa experiencia musical.
  Un público mayoritariamente juvenil que colmaba el aforo del teatro de la Casa de la Cultura disfrutó y aplaudió entusiasmado la presentación de la Orquesta Municipal. Este éxito de audiencia resulta de la extraordinaria comunicación que consigue este conjunto que además de su excelente calidad interpretativa comprobada en la primera parte clásica de su programa, ofrece una serie de piezas populares llenas de aromas y sabores afines a nuestro paladar cruceño. El público goza y festeja y ese es el fundamento del éxito de todo emprendimiento artístico. Pero para que éste sea completo y no sólo un producto complaciente pero vacío de contenidos, necesita ofrecer también, algunos atributos que la Orquesta Municipal trabaja con esmero y profesionalidad.
   A lo largo de todo el concierto, los jóvenes músicos de la Orquesta Municipal tocan sus partes con propiedad técnica, sin pifias. Esta cualidad es muy poco común en las orquestas bolivianas. Tocan una música para la que como individuos y como conjunto están técnicamente capacitados. Una vez salvada esta primera e ineludible condición de calidad, exploran el matiz, el fraseo, los acentos y la elocuencia musical para incorporarlos en las versiones que nos ofrecen. Eso es de agradecer y festejar. 
  Su desempeño se desarrolla entonces sin sobresaltos, permitiendo a todos, legos y entendidos, sentir y soñar con su música.
  La presencia de Tingo Vincenti fue un episodio sobresaliente del concierto, pero hay que reclamarle que nos queda debiendo la oportunidad de escucharlo sin micrófono, porque ese artilugio no era necesario en la sala y en lugar de contribuir, restó brillo a su amable presencia, en función del complemento acústico con la orquesta, que es tema muy delicado y no fue bien resuelto.
  Un grupo orquestal como este, tiene la obligación cívica de ocuparse de la música boliviana y así lo hace, aunque hasta el momento, con altibajos de calidad, no hemos podido escuchar propuestas consistentes en el tratamiento de sus arreglos orquestales.
  Hay que destacar la figura de Adriana Inturias que pasa inadvertida, pero que muestra gran profesionalidad en el piano. Adriana nos queda también debiendo un concierto en el que pueda lucir sus condiciones técnicas y su sensibilidad interpretativa, en el marco de las virtudes de todo el conjunto
  La Orquesta Municipal ha sido merecidamente aplaudida. Desde esta página, con la alegría compartida, nos cabe hacerles llegar también nuestra ovación.

“SIN LÍNEAS EN EL MAPA” 
canta y argumenta
Luz María Carriquiry y Eulogio Moros.
Integrantes del dúo “Sin líneas en el mapa”.
 
  “Hay Locuras” es el nombre del espectáculo que el dúo “Sin Líneas en el Mapa” conformado por Luz María Carriquiry, peruana y Eulogio Moros, Venezolano, presentó en el acogedor escenario alterno de la Agencia de Cooperación Española.
En su peculiar velada, el dúo ofrece calidades vocales gratas que acompañan con varios instrumentos de cuerda y percusión. Canta algunas piezas del acervo popular latinoamericano, pero argumenta en la mayor parte de su programa, con creaciones propias y ajenas.   
  La música se utiliza para diversos fines: el más prosaico, vender algo. Sirve también para captar y capitalizar adeptos religiosos, estimular sentimientos patrióticos y promover ideología de todos los colores. El poder de comunicación y penetración que tiene la música, hace que sea casi imposible conservarla aséptica y eso es algo que todos sabemos. Pero vale la pena reflexionar un poco al respecto.   
  Argumentaron los grandes compositores con el monumental misticismo de la gran música sacra cristiana. Argumentó Chopin con sus arrebatadas Polonesas nacionalistas así como hizo Rouget de Lisle con la majestuosa Marsellesa. Argumentó Wagner con la mitología germánica y Hitler la enturbió. Argumentó Shostakovich en contra de Stalin. Argumentó Luis Advis con sus bellas y chilenas cantatas socialistas. Argumentó Caetano Veloso con la cordial magia de la Bossa Nova. Argumentaron Viloeta Parra, Quilapayún, Inti Illimani, Mercedes Sosa y Piero con su amable pero incisiva denuncia social y hasta la Coca Cola argumentó con gracia emotiva en algunas navidades del pasado. Nadie que tenga un poco de sensibilidad puede descalificar música alguna por el contenido de su argumentación. Pero el argumento, sea de la tonalidad comercial, religiosa o ideológica que sea, cuando se presenta sin inteligencia, calidad musical ni poética, no vale. Termina siendo una insípida folletería de propaganda.
  “Sin líneas en el mapa” cede a la tentación de argumentar. Su causa es seguramente compartida por muchos y su contenido puede ser válido, eso no se discute. Pero queda claro que el dúo no se ocupa con el mismo esmero de vendernos música y poesía de calidad.

domingo, 3 de abril de 2011

OVACIÓN 047 • Teatro de Papel - Richard Dobbs



Malena Orías



Trae el teatro de Papel



El Teatro de Papel es traído a Santa Cruz con todo su bagaje de ingenuidad infantil, creatividad plástica y mecánica y la enorme ilusión de quedarse entre nosotros.



  La silueta apenas perceptible de la artista que manipula las pequeñas figuras de papel dentro de un minúsculo escenario, es lo único que nos separa del realismo de un drama o una comedia que se desarrolla con todos los rasgos del teatro “de verdad”.


  Escenografías realizadas con maestría por diestros diseñadores; iluminación que compite tecnológicamente con la de un teatro formal y nos recuerdan los increíbles recursos que desarrollaron los teatreros de siglos pasados; una serie de aparejos ingeniosos y simplísimos que dan movimiento a las diminutas figuras hasta conseguir convencernos de su indiscutible naturalidad y estimular las mentes sensibles a los secretos de la mecánica y finalmente el desarrollo de un vasto repertorio de obras creadas por dramaturgos profesionales y aficionados, son algunos de los atributos que  han elevado al adorable Teatro de Papel, al rango del arte más serio.
  Nacido en Inglaterra a mediados del siglo XIX, el Teatro de Papel rápidamente se difundió en Europa captando el interés y la dedicación vitalicia de un enorme número de personas que en la actualidad se congregan en asociaciones nacionales en Alemania, Francia, Dinamarca y otros países que anualmente se encuentran en el Festival Internacional del teatro de Papel con miles de asistentes y tantas otras propuestas e innovaciones.
  A pesar de su ya larga historia, el Teatro de Papel es algo nuevo en nuestro país. Recuerdo con nostalgia los animados relatos de Gustavo Navarre que en La Paz, hacen muchos años y en sociedad con Jaime Virreyra, había montado óperas completas con pequeñas figuras de cartón que manipulaban al son de las oberturas, las arias y los coros registrados en discos de vinilo. Es la única referencia que nos queda a la mano, y que de alguna manera puede asociarse con la tradición de las Alasitas, las de antes, que ponían ante el asombro de los niños, toda clase de figurillas artesanales inspiradas en el imaginario popular. Estos terrenos de creatividad y una amable visión de la vida son los que transita el teatro de papel.
  Malena Orías, una sensible dama chuquisaqueña que pisó los escenarios teatrales y ha residido en Dinamarca los últimos años, trae este incomparable arte a Bolivia y lo hace como un Ekeko que carga la abundancia de decenas de pequeños escenarios de cartón, dibujos, siluetas de papel, foquitos, alambritos y sobre todo la quimera de hacer que se convierta en un habitante más en nuestra urbe artística y cultural.

Richard Dobbs
“Un verdadero Paganini del contrabajo”.
Así definió la crítica especializada a este concertista.

Richard Dobbs
  Richard Dobbs Hartshorne miembro de muchas orquestas y grupos de cámara de reputación internacional, regresa a Bolivia luego de cuarenta años de ausencia. En los setentas fue primer contrabajista de la Orquesta Sinfónica Nacional. A muchos de los jóvenes de entonces nos impresionaron sus barbas proféticas y su pasión por el contrabajo. Junto a una apreciable cantidad de profesionales extranjeros que llegaron a la orquesta como parte de un plan internacional de cooperación, Dobbs fue parte de uno de los momentos más sobresalientes de la música sinfónica en Bolivia que fascinaron al público y estimularon a decenas de jóvenes a estudiar algún instrumento.
  A lo largo de su brillante carrera, Dobbs ha desarrollado un amplio dominio del repertorio clásico especializándose en la música de Bach y Brahms de quienes ha grabado con su contrabajo, composiciones originalmente escritas para violoncello. 
  En esta breve gira por nuestro país que lo llevará a la Bachfest de Cochabamba y a varios escenarios de La Paz, Dobbs tocará las seis Suites para violoncello solo de Johan Sebastian Bach, así como composiciones propias de carácter humorístico que le han significado gran admiración en sus presentaciones en distintos escenarios del mundo.