OVACIÓN Opinión Cultural

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Se publica en El Deber los sábados
Contiene comentarios y notas sobre la actividad artística que se lleva a cabo en Santa Cruz de la Sierra y Bolivia

domingo, 7 de agosto de 2011

OVACIÓN 065 Orquesta Patiño - Himno Nacional

ORQUESTA SIMÓN I. PATIÑO
Una escuela de práctica orquestal

El Centro Cultural Simón I. Patiño patrocina el desarrollo de un proyecto indispensable para la formación de músicos en los secretos de la práctica orquestal. Esta faceta educativa muy poco atendida en Bolivia, recibe así un importante aval.



El proyecto de la Orquesta Simón I. Patiño es una iniciativa concebida para educar músicos instrumentistas en las técnicas propias de la práctica orquestal. 

Hay que reconocer con gran satisfacción, que en Santa Cruz ya existen centros educativos como el Instituto de Bellas Artes que forman instrumentistas idóneos para casi todas las secciones orquestales: cuerdas, maderas, metales y percusión. Sin embargo, una vez que este material humano está formado en la técnica de su instrumento, no está necesariamente preparado para tocar en una orquesta, que es el último objetivo de su proceso formativo. Hace falta desarrollar habilidades complejas que se relacionan con la interacción entre los miembros del grupo orquestal y de éstos con el director. Y como toda destreza, debe ser desarrollada en el marco de un estudio sistemático, consistente y ciertamente largo. No es algo que se produzca espontáneamente al reunir instrumentistas a tocar juntos.

La música puede interpretarse de incontables maneras y con diferentes técnicas instrumentales. Lo que distingue a una buena orquesta, es que todos sus miembros tocan con técnicas uniformes, concertando meticulosamente sus movimientos y creando matices sonoros con iguales intenciones.

Además de los aspectos técnicos que se trabajan, los miembros de la Orquesta Simón I. Patiño se familiarizan con el repertorio orquestal y los conceptos y estilos interpretativos correspondientes a las distintas épocas a través de su evolución histórica musical. Se verá entonces cómo y por qué se toca de diferente manera a un barroco como Bach de un romántico como Verdi o de un moderno como Stravinsky, además de explorar en la música boliviana.      

La Orquesta Simón I. Patiño acepta, mediante audiciones selectivas, a músicos jóvenes que ya toquen adecuadamente su instrumento para darles la formación antes descrita y es, de esta forma, el puente imprescindible entre el estudiante sin experiencia y el profesional que forma parte de una orquesta.

La iniciativa corresponde a Miguel Ángel Salazar y Marvin Montes que desarrollan una exitosa actividad al frente de la Orquesta Municipal. El apoyo viene del Centro Cultural Simón I. Patiño que de esta forma participa en un proceso formativo importantísimo para sumarlo a los intentos de creación de un sólido movimiento orquestal en nuestro medio.

HIMNO NACIONAL

Carátula del manuscrito
de Vincentti
El compositor italiano Leopoldo Benedetto Vincentti, se hallaba en Chile cuando fue invitado a Bolivia por el Presidente Ballivíán para componer el himno Nacional. A la larga Vincentti se avecindó en la ciudad de La Paz y se casó con una dama boliviana.

La noche del 18 de noviembre de 1845, luego de trabajosos ensayos con las precarias bandas militares de la época, se estrenó el Himno Nacional en la inauguración del Teatro Municipal de La Paz. Al acto asistieron el Presidente de la República sus ministros, autoridades prefecturales, municipales y un público que colmaba el aforo del teatro.

Según relatos documentados, la canción se interpretó en su integridad. El coro emocionó a Vincenti, tanto que a sus ojos asomaron lágrimas. Los primeros versos, “Bolivianos el hado propicio...” para el maestro italiano eran sublimes y tenían una belleza que eriza los cabellos y enciende fuego en las venas.

La concurrencia estalló en aplausos y exclamaciones de júbilo que premiaron la brillante actuación coral. Una honda emoción se apoderó de todos. El mismo héroe de Ingavi, el presidente Ballivián, felicitó efusivamente a los autores y a los intérpretes del Himno.

Estuve infinidad de veces parado en aquel mismo escenario y daría cualquier cosa por remontarme en el tiempo para asistir a ese acto, ver de cerca a Vincenti y a Ballivián, tal vez cantar en aquel coro para después anotar aquí mi propio comentario.



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